28 de agosto de 2008

Holy Days, an introduction



Lleva tiempo saliendo de mi boca y pese a todo lo mantengo: las vacaciones son un estado mental. Pervive aún cuando acaba el laburo, a tres calles de mi nuevo hogar.





Y me basta un fin de semana expandido a lomos de un puente para sudar la carretera que cruza la península con la excusa de una hiperbalada a la luz de la luna.





La atracción llamaba en realidad desde ese rincón del sur que hace tanto penetró mi alma. Añoraba respirar los oasis de su árida belleza aunque fuera por un instante.



Así es posible que ahora, sin descompresión ni ruptura, pida de nuevo asilo a Sa Roca de Tots es Sants para amanecer henchido por su gloria a cada cala.









Agradezco su hospitalidad de abrazos amantes y respiro la magia de sus días y noches.





Y lo que me queda... ahora que todo está iluminado.